Las etapas finales en la producción gráfica son la prensa y posprensa, como la encuadernación y el troquelado. Si bien durante la impresión es posible compensar algunos de los defectos surgidos en las etapas anteriores, la única garantía para obtener un buen producto es (además de una buena impresión) un buen trabajo de diseño y matriz de impresión, que sólo puede lograrse mediante una adecuada comprensión de las responsabilidades de cada parte: diseñador y preprensa. Asimismo, las tareas de posprensa sólo podrán llevarse a cabo sin dificultad si en el momento de diseñar se tuvieron debidamente en cuenta los márgenes, sangrados, líneas de corte y plegado, troqueles y demás elementos auxiliares que requiera el trabajo. El diseñador deberá dedicar toda la atención posible a los procesos de prensa y posprensa para aprovechar al máximo las opciones disponibles, y evitar complicaciones o desperdicios de material innecesarios.